Jesús Sánchez-Quiñones, miembro del Foro de la Sociedad Civil, escribe en Expansión acerca de los peligros que tiene que el relativista se haya extendido incluso a la economía.
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Los principios tradicionales de la economía empiezan a no regir. Así, por ejemplo, las deudas están empezando a generar intereses al deudor en vez de al acreedor. Se aprecia en el mercado hipotecario, en el que se ofrecen productos sin intereses o incluso con tipos negativos.
Ya no se cumple tampoco que, a mayor endeudamiento, se exija un mayor tipo de interés. En el caso de la deuda pública, no está ya ocurriendo así, pues, pese a estar en niveles máximos de deuda, los Estados están logrando emisiones a tipos inferiores que tiempo atrás.
«En un entorno como el de los diez últimos años de deuda creciente a nivel global, el nuevo principio es que las deudas no se devuelven, sólo se refinancian», explica Sánchez-Quiñones, lo cual lleva a los gobiernos a no temer endeudarse más y más.