El Foro de la Sociedad Civil reunió el pasado 8 de mayo a destacados expertos en diferentes ámbitos para analizar principales desafíos e implicaciones que tiene la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en diferentes campos, como el Derecho o la ciencia.
El debate fue abierto por Francisco Ros, exsecretario de Estado de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, quien ofreció un repaso histórico por el desarrollo de la tecnología informática desde sus inicios hasta nuestros días.
Por su parte, Carlos Jiménez, director general de Secuware y uno de los mayores expertos del mundi en seguridad informática, mostró el funcionamiento de nuevas herramientas como ChatGPT. Según este ingeniero de telecomunicaciones, “lo interesante de los sistemas de IA como éste son las preguntas que no es capaz hacer”, por lo que invita a enseñar a los niños a cuestionarse la vida y a tener un espíritu verdaderamente crítico.
Para Jiménez, “la IA está con nosotros desde hace muchos años. Por ejemplo, las redes sociales la aplican para sesgar lo que ves, lo que lleva a la radicalización. Se están creando islas y cada vez nos comunicaremos peor”.
El empresario considera que uno de los mayores peligros de estos sistemas es la suplantación de identidad, que ya se utiliza para la generación de noticias falsas.
Según Jiménez, “la IA puede ser buena y mala”, según se aplique, y vaticina que, “cuando los malvados se aprovechen de ella, vamos a tener problemas más graves que los que tenemos en la actualidad”.
En el debate del Foro también intervino el jurista digital Pablo García Mexía, para quien los principales riesgos de la IA son, además de la suplantación de identidad mencionada por Carlos Jiménez, de tipo educativo, ya que estos sistemas “suprimen la necesidad de razonar y de estimular el pensamiento crítico”, laborales y legales, pues afectan de lleno a “la privacidad y a los derechos de autor”.
Para García Mexía, estos riesgos en ningún caso deben combatirse prohibiendo el uso de herramientas como ChatGPT, como ha establecido la Agencia de Protección de Datos de Italia, sino “curando, sanando, previendo y planificando”.
El letrado alertó del peligro de que se extienda el “fatalismo” que lleva a la prohibición de la IA y pidió a los reguladores que “no caigan en la trampa de quienes piensan que sólo con prohibiciones se puede hacer frente a los riesgos”.
Para García Mexía, “la innovación no es una ideología, sino una necesidad de la prosperidad y de la democracia”.
Por su parte, Enrique Baca, catedrático en Psiquiatría y vicepresidente del Foro de la Sociedad Civil, criticó el uso de la terminología “inteligencia artificial”, ya que considera que la inteligencia es una facultad exclusivamente humana.
El psiquiatra señaló que la IA nunca podrá superar al ser humano porque nunca logrará sentir. “El cerebro no sólo establece relaciones causales, sino que comprende. Si a un ordenador se le pone enfrente de una persona que llora, no entiende por qué lo hace. El sentido de las cosas está más allá de la explicación, y tiene que ver con todos los procesos emocionales”, explicó.