Juan Ramón Rallo escribe en El Confidencial que un ingreso mínimo vital debiera ir dirigido sólo a personas que estuvieran dispuestas a aceptar los empleos que se le ofrezcan y a someterse a un reciclaje profesional.
Para acceder al texto completo, pinche aquí.
El economista considera que una medida como ésta debiera ir dirigida a «minimizar la pobreza con crecimiento económico inclusivo», entendiendo que «una política económica exitosa no es aquella que consigue que muchos ciudadanos perciban el ingreso mínimo vital, sino aquella que logra que ninguno de ellos lo necesite».
Rallo afirma que el ingreso mínimo vital no debe financiarse con más duda pública ni con subidas de impuestos, sino con recortes en partidas de gasto poco importantes.