El sociólogo Amando de Miguel defiende en un artículo publicado en Libertad Digital la virtud de la honradez, aplicada, en especial, a los cargos públicos.
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Esa honradez debe ser puesta en práctica en su sentido más amplio y no imitarse exclusivamente al escrupuloso cumplimiento del la ley, pues un político puede enriquecerse utilizando la información privilegiada que le permite conseguir su cargo.
El incumplimiento de los programas electorales es, para De Miguel, otra muestra más de la falta de honradez de algunos políticos.