Este ensayo constituye un análisis estratégico del periodo comprendido entre 2001 y 2013 y expone la incidencia que han tenido los acontecimientos mundiales en el espacio europeo, tras el final de la Postguerra Fría, marcado por el 11-S.
La nueva distribución del poder mundial tras los ataques terroristas en EEUU, con el decaimiento de la hegemonía americana, afecta también al ámbito europeo.
Este análisis deja en evidencia el desfase entre la narrativa que ha mantenido el proyecto europeo y su adecuación a las cambiantes realidades geopolíticas globales y regionales, destacando la prevalencia de los intereses nacionales.