Fukuyama retoma en este ensayo la cuestión fundamental de cómo las sociedades desarrollan unas instituciones políticas fuertes, impersonales y de confianza, tomando como periodo de análisis la historia comprendida entre la Revolución Francesa y la llamada Primavera Árabe, e incluyendo una seria reflexión sobre las disfunciones de la política estadounidense contemporánea.
Entre los aspectos que aborda se encuentran las consecuencias de la corrupción en la gobernabilidad y por qué algunas sociedades han tenido éxito en erradicarla, los diferentes legados del colonialismo en América Latina, África y Asia o por qué algunas regiones han prosperado y se han desarrollado más rápidamente que otras.
Además, Fukuyama se atreve a esbozar a grandes rasgos qué futuro le espera a la democracia en el contexto de una creciente clase media global y la parálisis política arraigada en Occidente.