Jesús Sánchez-Quiñones recuerda en un artículo publicado en Expansión que es sólo cuestión de tiempo que los bancos acaben trasladando el coste de los tipos de interés negativos a los depositantes.
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En cuanto uno de los grandes bancos cobre a sus clientes por sus depósitos, el resto de entidades seguirá el mismo camino.
Para Sánchez-Quiñones, «los tipos de interés negativos benefician a los endeudados y suponen un impuesto oculto sobre el ahorro».