El magistrado jubilado Antonio García Paredes, que fuera presidente de la Audiencia Provincial de Madrid entre 1998 y 2003, afirmó ante el Foro de la Sociedad Civil el pasado 27 de enero que los jueces españoles son un ejemplo de independencia e imparcialidad pese a las presiones que desde el ámbito político se intenta ejercer sobre ellos.
“En los juzgados jamás ha prosperado una presión de nadie. Los jueces somos imparciales e independientes en nuestra labor. Hay rectitud de mente y de conciencia. Los magistrados no nos permitimos devaneos políticos”, aseguró García Paredes, retirado de la actividad desde hace apenas dos meses tras una carrera de 40 años.
García Paredes considera que España goza de un Poder Judicial “independiente” y de unos jueces que se ven obligados a trabajar en condiciones “muy difíciles”.
Para este académico correspondiente de la Real Academia Española de Jurisprudencia y Legislación, una de las asignaturas pendientes del Poder Judicial en España es su modernización.
Según García Paredes, las últimas reformas no han hecho sino “complicar todavía más la profesión”, dando lugar a una Justicia “rebasada” por el papeleo.
El magistrado lamenta que España no haya sido capaz de superar la desconfianza hacia los jueces desde 1978 y que se les tema por ser un poder que permanece en el tiempo, al margen de gobiernos y parlamentos.
García Paredes, que reclama jueces que sean “grandes humanistas”, lamenta que haya magistrados que lleven 30 años en una misma sección, sin posibilidad de ascender. “No hay posibilidades de cambio ni estímulos. No es bueno que la gente esté tanto tiempo en un mismo puesto. Les falta frescura”, afirma.
Con respecto a la situación vivida en Cataluña, el magistrado pide “recuperar el respeto a la Ley”.
“El fenómeno catalán ha sido un proceso de deconstrucción de la Ley, que es la única manera de poder entendernos unificadamente. Los españoles tenemos una sola Ley y es a la que nos tenemos que atener”, dice García Paredes.
Para García Paredes, otro reto fundamental para la función judicial en los próximos años es el de “la extensión de la inteligencia artificial al campo decisional”.