Juan Ramón Rallo analiza en El Confidencial los efectos de la subida del Salario Mínimo Interprofesional para descartar que esté impulsando el consumo.
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Rallo considera que una subida del SMI puede manifestarse en un incremento de la productividad de los trabajadores, en una subida de precios, en la reducción de los beneficios empresariales y en la destrucción de empleo.
«Para que de verdad elevara el consumo agregado, el mayor gasto de los trabajadores beneficiados debería compensar la caída del consumo del resto de ciudadanos a resultas de la elevación de precios, la caída del consumo de los empresarios que vean minorar sus beneficios y la caída del consumo de los trabajadores que pierdan su empleo», afirma.