Carlos Barrio analiza en Disidentia las claves de las estrategias populistas, favorecidas por la desafección respecto al sistema político y por el alejamiento de los partidos de sus posiciones clásicas hacia un consenso socialdemócrata.
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El populismo utiliza elementos como el resentimiento para catapultarse hacia el poder. «El populista demagogo hace las veces de un banquero de la ira: toma todo ese resentimiento como si tratase de un depósito a plazo fijo y promete al iracundo unos réditos en forma de venganza que se disfraza con los ropajes de la llamada justicia social», explica Barrio.