El Secretario de Estado-Director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), General de Ejército D. Félix Sanz Roldán, fue el invitado de honor a la Sesión Plenaria que el Foro de la Sociedad Civil celebró el pasado 9 de marzo, durante la cual afirmó que “la mejor forma de medir la calidad de un sistema democrático en un país es evaluar el grado de respeto a la ley por sus Servicios de Inteligencia”.
Según Sanz Roldán, en España el CNI está regulado por ley, que exige a este servicio que cada vez que tenga que desarrollar alguna operación que ponga en cuestión los derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución tiene que recibir autorización previa por parte de un magistrado del Tribunal Supremo.
Ésta es una de las principales diferencias entre el CNI y los servicios secretos de otros países democráticos, como el caso de Estados Unidos, que están planteándose poner en marcha una regulación tan restrictiva como la española desde el Caso Snowden.
Además, el Secretario de Estado y General de Ejército cree que este mecanismo ha garantizado el funcionamiento independiente del CNI. “Alguien tendrá que reconocer en España que los servicios secretos han sido absolutamente imparciales en los grandes casos que han afectado a la vida pública”, aseguró.
Sanz Roldán, que destacó la eficacia de los servicios secretos españoles, aseguró que al CNI “no le basta sólo con que autorice un magistrado sus operaciones, sino que tiene el deber de garantizar a la sociedad que todo cuanto tiene y descubre en el ejercicio de sus funciones no se hará público nunca”.
“En los seis años que llevo dirigiendo el Centro, nunca ha salido una conversación transcrita del CNI, nunca se ha sabido quién tiene montada una operación; sólo se han enviado datos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que tomen acción contra los delincuentes”, explicó.
Sanz Roldán quiso dejar claro que el CNI está permanentemente al servicio del Gobierno de España, al que proporciona “elementos de juicio para que tome sus decisiones estratégicas”.
En respuesta a las preocupaciones del Ejecutivo, el CNI está centrado durante este año en la lucha contra el terrorismo yihadista, en la ciberseguridad en el ámbito de la Administración Pública, en el apoyo a los despliegues militares en el exterior y al sistema económico, velando por la seguridad de los intereses de las empresas españolas en el extranjero.
Sanz Roldán destacó que el CNI es una de las instituciones más diversas de España en su plantilla, compuesta por 3.500 personas que trabajan en 87 países del mundo, y alabó su profesionalidad y las dificultades a las que se ven obligadas para el desarrollo de sus funciones.
Además de su personal, el Secretario de Estado y General de Ejército aseguró que con el CNI colaboran de forma altruista 15.000 personas más y 300 instituciones prestigiosas, a las que recurre con frecuencia para analizar documentos.
Sanz Roldán presumió de contar con unos sistemas de protección contra ataques informáticos casi inexpugnable, y recomendó a las empresas privadas que tomen medidas contra esta amenaza.
“La ciberseguridad es un problema muy grave. En 2014 hemos detectado casi 13.000 incidentes graves, de los que 1.273 han sido muy graves porque han podido afectar a la seguridad nacional o a intereses españoles y a empresas. Pero no debemos enviar un mensaje catastrofista. En el CNI hay tres ataques críticos diarios y ninguno hasta ahora ha logrado penetrar, gracias a nuestra estructura defensiva. Las grandes fugas se producen a través de los desleales. Si queremos combatir este grave riesgo, podemos. Es fundamental la colaboración público-privada para tener éxito”, explicó.