Hoy queremos recuperar un tribuna libre publicada en el diario El País por el profesor de Derecho Constitucional Francesc de Carreras. Titulada Populismo contra democracia, en ella asegura que el populismo es una degeneración progresiva de la democracia misma, a la que intenta destruir una vez que se ha hecho con el poder del Estado. Por su interés, recomendamos su lectura. Para acceder al texto completo, pinche aquí.
«El populismo, así, no es una nueva manera de entender la democracia, sino un movimiento que pretende acabar con ella», afirma De Carreras.
Según el profesor, «lo común a todo populismo no es una ideología substancial —derechas o izquierdas, por ejemplo— sino una estrategia para acceder y conservar el poder, lo cual le permite cobijar ideologías muy distintas, siempre que coincidan en que la causa de todos los males es una y sólo una, sea el zar o el rey, la propiedad, la religión, la oligarquía financiera, las élites políticas o la opresión nacional».
El populismo se basa en la simplificación absoluta, mientras que la democracia es justamente lo contrario.
«Para la democracia el Estado es un engranaje complejo, un instrumento cuyo único objetivo es que las personas sean libres e iguales. Para el populismo, el Estado es un instrumento que conoce previamente cuáles son los intereses del pueblo y, por tanto, no necesita debates ni controles para garantizarlos», escribe De Carreras.