Raquel Merino, economista y vicepresidenta del Instituto Juan de Mariana, ha publicado un artículo con un título bastante significativo, cuya lectura recomendamos. En Cuando las regulaciones matan, muestra cómo las legislaciones en materia de competencia suelen resultar una herramienta que genera el efecto perverso de acabar con la innovación.
Según Merino, estas regulaciones nacen para, según los legisladores, evitar los monopolios. Sin embargo, tal y como apunta, «no puedes legislar a favor del consumidor sin perjudicar a productores, como no puedes tratar de beneficiar a algún productor concreto, aparentemente más desfavorecido por el juego competitivo, sin perjudicar a los consumidores. No puedes proteger a todos al mismo tiempo».
Por eso, la vicepresidenta del Instituto Juan de Mariana considera que esa presunta protección se convierte en algo «totalmente arbitrario».
Con casos concretos y de máxima actualidad, Merino muestra los efectos que provocan las regulaciones en materia de competencia.
Al final, el afán regulador del Estado en diferentes sectores, con la excusa de proteger al consumidor de posiciones dominantes, termina provocando que la innovación sea imposible, ya que cierra la puerta a cualquier posibilidad de romper los estándares establecidos por ley.