
La parte tercera abarca temas de tan absoluta actualidad como el de las objeciones de conciencia, homosexualidad y derecho o justicia y libertad de expresión y finalmente la cuarta parte, bajo la rúbrica «Laicidad y laicismo» toca los temas de las bases cristianas de Europa, la laicidad positiva y la situación de la Iglesia en España.
Bao el principio de la libertad religiosa y que entraña el respeto de los poderes públicos y de los demás ciudadanos a que cada persona pueda practicar la religión más acorde con sus convicciones, «imperio» y «pontificado» se rigen hoy por relaciones no de pugna por el poder sino de mutuo respeto e incluso de cooperación, como puso de manifiesto D. Landelino Lavilla.
Construido en base a los artículos de Rafael Navarro-Valls en prensa, el libro es una pieza de análisis y documentación indispensable para comprender nuestra actualidad. Si la Historia es el periodismo del pasado, el periodismo es la «Historia del presente», como apuntó D. Jorge de Esteban, el libro trata de los dos mayores focos de poder existentes hoy en el mundo.
D. Javier Rupérez apuntó cómo se trata de un libro que conoce y aprecia, en lo que vale como Estado de Derecho, la sociedad americana, en que valores como la disciplina, el trabajo o el respeto por la vida comunitaria son principios que fundamentan su convivencia. Se ha dicho que el americano es el sistema más parlamentario de todos, pues congresistas y senadores actúan como verdadero contrapeso del ejecutivo. Además, actúa el Tribunal Supremo como verdadero poder independiente, así como los movimientos comunitarios y la iniciativa individual que también contrarrestan el poder del Ejecutivo.
En su intervención, D. Francisco Vázquez destacó el gran conocimiento que tiene el autor, Rafael Navarro-Valls, de cómo funciona el Vaticano, diminuto Estado pero impresionante como potencia diplomática con relaciones este año con 180 países, y a cuya cabeza se halla la primera autoridad moral del mundo, que es el Papa. Por su propia naturaleza, el Vaticano tiene una gran capacidad de intermediación y una inmensa habilidad diplomática para llegar a acuerdos. Puso como ejemplo la decisiva intervención el Vaticano entre Reagan y Gorbachev. Este año se establecerán relaciones con la Federación Rusa, con idea de avanzar en la unidad de los cristianos, y con Vietnam, un primer paso de relaciones con las llamadas «naciones opacas», previo a abordar la compleja cuestión de China. Interesante fue la constatación de este interviniente de que los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad eran ya valores propios de las órdenes religiosas las cuales siglos antes de que se desarrollasen las modernas democracias ya tenían perfectamente establecidos mecanismos de funcionamiento democrático, de representatividad por elección, transparencia y control que sin duda inspiraron nuestros actuales sistemas políticos.
La intervención final, a cargo del autor Rafael Navarro-Valls, vino a abundar en el indudable interés que tenía conocer algo más de los aspectos humanos, personales, de quienes ocupaban dos de los puestos más difíciles que se podrían imaginar: la Presidencia de los Estados Unidos y el Papado y aportó una serie de notas de su experiencia personal con Presidentes y Papas. Finalmente subrayó cómo si Juan Pablo II había tenido que afrontar la secularización del primer mundo, el déficit de derechos humanos en el Este europeo o «segundo mundo» y la pobreza del tercer mundo, Benedicto XVI debía abordar cuatro grandes problemas: la banalización del mal, el relativismo, la caída de la ecología moral y los ataques de un capitalismo salvaje.