Juan Ramón Rallo asegura en El Confidencial que la concentración de negocios en pocas manos es producto de una regulación excesiva, que imposibilita la entrada en el mercado de nuevos agentes.
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Al haber una menor creación de empresas, los beneficios extraordinarios de las compañía ya establecidas spmn cada vez mayores, ya que no encuentran apenas competencia.
«Las crecientes regulaciones terminan siendo aprovechadas por los ‘lobbies’ para dañar a las pequeñas empresas y, por tanto, dificultar que devengan grandes y planten cara a sus beneficios extraordinarios», explica Rallo.