El economista Juan Ramón Rallo destaca en un artículo publicado en El Confidencial cómo los países nórdicos cuentan con sistemas fiscales que prefieren gravar más el consumo y las rentas salariales antes que el ahorro y los beneficios empresariales, porque consideran que así se logra generar más riqueza.
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Esos países han rechazado imponer la llamada tasa Google por entender que desincentiva la inversión empresarial en la digitalización de la sociedad.
«Es obvio que el impuesto del 3% sobre los ingresos digitales de Google, Amazon o Facebook no lo habría pagado en última instancia ninguna de estas empresas, sino los usuarios de sus servicios: es decir, las pymes europeas que dependen de ellas para digitalizarse eficientemente», explica Rallo.