DESPUÉS de un largo recorrido como líder de la oposición, parece ya indiscutible que don Mariano Rajoy se ha consolidado como el líder inmediato de la derecha española encarnada hoy en el Partido Popular. Además, según se desprende de la mayoría de las encuestas, en estos momentos se estima imposible que no consiga la victoria en las próximas elecciones generales, aunque existen todavía dudas razonables sobre la amplitud de la misma. Hasta aquí lo que ya todo el mundo intuye y conoce. Pero lo importante es tratar de saber un poco más sobre la personalidad de don Mariano Rajoy, esto es, sobre sus cualidades políticas y personales, el país que va a heredar previsiblemente y los retos a los que, sin duda, habrá de enfrentarse.
Empecemos por lo primero. Se trata, ante todo, de una persona de bien. Parece que en su juventud fue un alumno aplicado y esforzado. Su carrera de Derecho y sus oposiciones bien ganadas como Registrador de la Propiedad así lo acreditan. Goza, pues, de un perfil muy característico de la reconocida clase media de nuestro país. Ninguna conexión con la aristocracia de sangre ni con la aristocracia empresarial y del dinero. Tampoco se le conoce ninguna veleidad «progre» ni coqueteos con la izquierda cultural e ideológica. En este sentido, por tanto, parece capaz de atender prioritariamente a los gustos e intereses de una ancha franja sociológica de nuestro país, todo lo cual le faculta para poder representar legítimamente las aspiraciones de una amplia mayoría de nuestros ciudadanos. Además es de provincias, esto es, muy alejado de los tradicionales cenáculos de la capital, e ítem más, es gallego. Cuando en España se dice que una persona es gallega, todos sabemos lo que se quiere decir.
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IGNACIO CAMUÑAS SOLÍS ES PRESIDENTE DEL FORO DE LA SOCIEDAD CIVIL